Rodríguez Lupercio, Francisco, fl. 1658-1683 (impresor)Florencia, Francisco de, 1619-16952021-07-302021-07-301682https://hdl.handle.net/20.500.12371/13710El templo de San Francisco Javier, ubicado en Tepotzotlán (Estado de México), fue construido aproximadamente entre los años 1670 y 1682, teniendo como principales benefactores al Padre Pedro de Medina Picazo y a su familia. Pedro de Medina Picazo (1653-1696) nacido en la ciudad de México, descendiente de una familia acaudalada, decidió unirse a la vida religiosa a los 21 años, siendo recibido en el noviciado jesuita de Tepotzotlán. A los 26 años comienza con el patrocinio de la construcción del templo que llevaba años frenada por falta de recursos económicos. Antes de tomar sus votos y renunciar a sus riquezas terrenales, cedió el patronato a su madre y a sus hermanos, quienes siguieron hasta terminar las obras. El sermón fue elaborado para predicarse el 9 de septiembre de 1682 con motivo de los festejos de la conclusión del templo, el predicador fue Francisco de Florencia (1619-1695), ilustre religioso Jesuita, distinguido por haber sido el cuarto historiador de la orden, quien viajó a Roma en 1669 junto con Ambrosio Adrada, rector y maestro de novicios en el colegio de Tepotzotlán. Posteriormente ocupó en Sevilla el cargo de procurador general de Indias. En 1780, después de su regreso a la Nueva España, ostentó el cargo de rector del colegio del Espíritu Santo en la ciudad de Puebla de los Ángeles. | Descripción basada en el ejemplar de Medina; La Imprenta en Puebla de los Angeles, 158.En la salutación del sermón, el padre Florencia refiere el pasaje bíblico de Zaqueo (ubicado en el evangelio de Lucas) y el llamado que Jesús le hace ("Conviene que hoy me quede en tu casa"). Hace alusión a la gran fortuna familiar que Zaqueo poseía y la devoción que tuvo en dar su riqueza para la gracia de Dios. El predicador advierte que son muchos a los que Jesús llama y pocos los escogidos, los que responden a su llamado; teniendo en cuenta esto, Florencia hace énfasis en que Zaqueo atendió a dos llamados: edificar a Jesús como templo suyo y el darle templo (casa). En esta primera parte se exalta el gesto de dedicarle una casa a Dios. En segunda instancia se encuentra la figura de Pedro como edificador de la Iglesia recordando los tres consejos evangélicos: obediencia, pobreza y castidad. Insiste con Zaqueo, pues el premio que recibe de Cristo no es para él sino también para los de su casa (familia). Continúa con la mención de Salomón y su dedicación al templo de Dios cuando trasladaba (traslación) en una solemne procesión el arca del testamento enmarcando, la construcción de él.pdf8 hojas sin numerar, 14 hojas, 2 hojas en blanco : ilustraciones; formato in-quarto (21 cm)encuadernado en pergamino con cintasspasermonestemplos mexicanosLibroopenAccessDominio Público