Sankey García, María del RayoSANKEY GARCIA, MARIA DEL RAYO; 21297Carrera Fernández Carvajales, Mariana2019-05-282019-05-282016-02-01https://hdl.handle.net/20.500.12371/2259Cuando a un individuo se le pide explicar qué es el lenguaje, a menudo responderá haciendo alusión a la facultad de hablar. Incluso si consultamos a la Real Academia Española, las primeras definiciones del lenguaje versan “conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente”, “sistema de comunicación verbal”, “uso del habla o facultad de hablar”. Estas definiciones son, a nuestro juicio, parciales, puesto que no incluyen el concepto de ‘silencio’, tan importante como el habla en la comunicación. Mateu Serra puso en evidencia dichas observaciones cuando afirmó que “en nuestra tradición occidental, eminentemente verbal, siempre se nos ha interiorizado la preponderancia de la palabra sobre el silencio; éste último sería el fondo sobre el que se dibuja la figura la palabr” (2001). No resulta extraño que, por ejemplo, en la interacción cara a cara tiendan a evitarse los silencios prolongados, pues se consideran actos despreferentes que pueden amenazar la imagen de los interlocutores. Los usuarios del lenguaje reconocen al silencio, pues, como un fenómeno que debe evitarse por cuestiones de cortesía que no discutiremos aquí. El escritor español Raimón Panikkar2 incluso sostiene que una de las enfermedades de este siglo es la sigefobia el miedo al silencio.pdfspaHumanidades y Ciencias de la ConductaAutopercepciónSilencio (Filosofía)Lenguaje y lenguas (Filosofía)Silencio, comunicación e imagen de síTesisComunicación--Aspectos socialesAnálisis del discursoopenAccess