Ponce Cortés, Domingo Alejandro2022-09-112022-09-112022-03-01https://hdl.handle.net/20.500.12371/16294La enfermedad hemolítica del recién nacido, es una afección caracterizada por la destrucción masiva de glóbulos rojos fetales, durante y después del embarazo. Esto se da por incompatibilidad sanguínea entre la madre y el feto [1]. Esta incompatibilidad se basa en las diferencias antigénicas entre los diferentes grupos sanguíneos. En el caso de la anemia hemolítica, la inmunización ocurre cuando la sangre entre madre y hijo entran en contacto y son de grupos incompatibles entre sí. Esto puede ocurrir durante el primer embarazo, cuando la sangre del feto atraviesa la placenta, entrando al torrente sanguíneo de la madre, activando así una respuesta inmune dirigida a los glóbulos rojos del bebe. La destrucción masiva de glóbulos rojos resulta en una gran cantidad de hemoglobina (Hb) liberada al plasma sanguíneo, la cual puede degradarse en bilirrubina, que en condiciones normales sería metabolizada por hígado y excretada por las heces. Pero en el caso de un bebé, con un hígado inmaduro, la excreción de bilirrubina no puede ocurrir, lo que provoca que esta se acumule en el organismo, resultando en hiperbilirrubinemia notoria por provocar neurotoxicidad e ictericia [2]. En el estudio expuesto se buscó probar que un diagnóstico temprano de la anemia hemolítica de recién nacido por medio de tamizajes de bilirrubina sérica, podían resultar en un tiempo intrahospitalario menor, al poder comenzar el tratamiento antes de que la afección se complique. Al empezar antes el tratamiento, la concentración de bilirrubina sérica no habrá aumentado tanto de forma que el tiempo de fototerapia necesaria se reducirá, de igual manera la necesidad de utilizar tratamientos más invasivos como la exanguinotransfusión se reduce drásticamente [1, 3].pdfspaBIOLOGÍA Y QUÍMICABeneficios de un diagnóstico temprano en la enfermedad hemolítica del recién nacidoConferenciaopenAccess