Conde Cuautle, Carolina2022-10-142022-10-142021-02-02https://hdl.handle.net/20.500.12371/16593El incremento en la población ha generado una mayor demanda de alimentos, así mismo, el daño ambiental ha causado problemas en el rendimiento agrícola, por factores bióticos y abióticos, aunque se han planteado distintas soluciones, muchas de éstas son a corto plazo o involucran el uso de productos tóxicos para el medio ambiente y la salud humana (Goswami et al., 2016). En los últimos años han cobrado relevancia los inoculantes bacterianos de segunda generación, que contienen bacterias benéficas que son compatibles entre sí, que permiten una interacción con la planta y logran incrementar el crecimiento de la planta, así como otras características que pueden contener estás bacterias en consorcio, se han destacado algunos géneros que han sido reconocidos por ser benéficas para las plantas, como lo es Azospirillum, Rhizobium, Gluconacetobacter, Bacillus, Pseudomonas y Enterobacter (Morales-García et al., 2020). La formulación de estos inoculantes multiespecies requiere de ochos pasos adicionales a los monoinoculantes, un ejemplo de un inoculante de segunda generación muy prometedor es INOCREP, cuya formulación está conformada por seis especies bacterianas y se han ido estudiando las distintas características promotoras del crecimiento, así como otras que aportan estás bacterias, como lo es la fitoestimulación, su capacidad de biorremediación, biocontrol de fitopatógenos, entre otras (Molina-Romero et al., 2015; Morales-García et al., 2020). La formulación comercial INOCREP fue propuesta inicialmente para su uso en maíz, sin embargo, con el apoyo del Comité Estatal de Sanidad del Estado de Puebla (CESAVEP), en conjunto con la Dirección de Innovación y Transferencia del Conocimiento de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (DITCo-BUAP) y con el apoyo de un proyecto de FINNOVA se ha explorado su uso en distintos cultivos de interés agrícola localizados en distintas regiones de la república mexicana (Morales- García et al., 2020). De igual manera, su uso puede ser en macetas de jardín, fomentando la agricultura urbana, se cuentan con distintas formas de inoculación como lo es directamente en la semilla, en la plántula o en plantas ya desarrolladas. Estas formulaciones presentan excelentes beneficios, sin embrago, aún se cuenta con poca difusión, siendo una alternativa para ayudar a disminuir el daño al ambiente (Morales-García et al., 2020).pdfspaBIOLOGÍA Y QUÍMICA02-02-2021 INOCULANTES BACTERIANOS DE SEGUNDA GENERACIÓNConferenciaopenAccess