La ineficacia de la comision federal de competencia
Date
2011
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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Abstract
Esta investigación tiene un objetivo general: demostrar las causas de la ineficacia de la CFC en México. Para lograr tal resultado, se han caracterizado cuatro objetivos particulares: histórico-económico, jurídico-político, institucional e ideológico-capitalista o estructural. a) El histórico-económico: en el capítulo II se evidencia como desde 1521 a 1993, año en que se crea la CFC, ésta ya heredaba los estancos del tabaco, mercurio, nieve, pólvora, naipes, peleas de gallos y lotería durante la Colonia. Era legataria de que el Alto Clero católico, tanto en la Nueva España como en México, constituyó duopolios y oligopolios en los sectores inmobiliario, financiero e hipotecario. La historia le documentó los oligopolios estadounidenses, ingleses franceses, italianos, españoles en comercio, petróleo, minería, metalurgia, banca y ferrocarriles durante el porfiriato. Recibió el caso de la "casta divina" donde hacendados yucatecos, a principios del siglo XX, controlaban la producción y venta del henequén y tenían ligas con los controladores de la International Harvester. Fue sucesora de que en el periodo 1926-1930, la American and Foreign Power de Estados Unidos de América, se convirtió en la propietaria de todas las instalaciones de generación y transmisión en la República fuera del Distrito Federal. El capital mexicano invertido en 1924 en la industria minera, constituía el 3 por ciento del total, el resto lo integraban principalmente dos compañías americanas, una inglesa, una belga y dos francesas. La CFC conoció del proceso de centralización y absorción en la década de los ochenta: Gigante compró Maxi, Hermuda y Ricamera de Guadalajara, París Esta investigación es una amalgama de correlaciones y causalidades: a mayor poder económico, mayor poder político; a mayor poder político, mayor poder económico, a mayor poder económico y político, más debilidad de las instituciones e ineficacia de las leyes, lo que implica que la alianza entre diputados, senadores y grupos empresariales monopolicos conlleva a la aberración constitucional de que los legisladores protegen intereses hegemónicos y no los de la población. Se infiere la existencia de dos constituciones: una jurídica y otra real. La concentración de la riqueza y del poder económico entre "jugadores dominantes" con frecuencia se traduce en ventajas injustas, captura regulatoria, y políticas públicas que favorecen intereses particulares. Peor aún, convierte a representantes del bien común en empleados de conveniencias atrincheradas. El gobierno es asalariado de las personas más poderosas del país. El problema es muy grave. Existe un Estado que, como acertadamente señala el Dr. Paulino Arellanes Jiménez, pierde fuerza, eficacia y funciones. Si no es Coca Cola, es Femsa, lusacell, Telmex, Telcel, Gruma, Grupo Modelo, Televisa, Ferrosur, Ferromex, el gobernador de algún estado o cualquier poder que presiona, amenaza y no acata la ley. Parece que no hay un órgano regulador del mercado, y el regulador es regulado.