Validacion de Inoculantes bacterianos y micorrizicos en el desarrollo de plantulas de Pinus patula
Date
2012
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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Abstract
El suelo es un medio muy diverso en microorganismos, encontrando gran número de géneros y especies, cuya presencia es indispensable para la fertilidad de los suelos y el crecimiento de las plantas. Entre los microorganismos se encuentran diversas bacterias como Azospirillum, que se caracteriza por fijar nitrógeno atmosférico y producir sustancias reguladoras del crecimiento vegetal. Tanto la fijación de nitrógeno como la solubilización de fosfatos contribuyen en el buen rendimiento de los cultivos. El uso de microorganismos solubilizadores de fosfatos como Pseudomonas, Acinetobacter y Chromobacterium entre otros, han sido estudiados como alternativas para reemplazar total o parcialmente la utilización de fertilizantes nitrogenados y/o fosfatados y asi disminuir la contaminación que estos ocasionan al ambiente. La ectomicorriza es una simbiosis que se establece entre hongos principalmente Basidiomycetes y Ascomycetes y especies de árboles y arbusto, que incluyen tanto Gimnospermas como Angiospermas, esta simbiosis tiene una enorme relevancia ecológica debido a su importancia en la estructura y funcionamiento de ecosistemas boreales, templados y tropicales (Pérez-Moreno y Read, 2004; Smith y Read, 2008), A través de su micelio externo, los hongos ectomicorrizicos son capaces de movilizar y transportar agua y nutrimentos minerales como N, P, K, así como nutrimentos poco accesibles tales como formas orgánicas de Ny P. Diversas investigaciones han demostrado que, una parte importante de dichos nutrimentos son movilizados del suelo o de sustratos orgánicos naturales hacia las plantas hospederas asociadas (Read y Pérez-Moreno, 2003). Dentro de los hongos ectomicorrizicos con potencial para la colonización de plantas en viveros en los primeros estadios ontogénicos de plantas de importancia económica forestal, se encuentran especies de los géneros Laccaria y Hebeloma. Esto se debe a que ambos géneros poseen especies pioneras, que prosperan en condiciones de baja fertilidad y se asocian con una amplia variedad de hospederos (Cairney y Chambers, 1999; Trocha et al., 2007; Obase et al., 2009). En las dos últimas décadas, una de las aéreas de estudio que impacta en la agricultura es la aplicación de biofertilizantes y biocontroladores a través del empleo de microorganismos como rizobarcterias y hongos que viven en asociación con las plantas, lo cual han resultado muy positivo para fertilizar diversos cultivos. Se distinguen tres grandes grupos: a)microorganismos fijadores de nitrógeno; b) microorganismos micorrízicos; c) bacterias promotoras del crecimiento. Las rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal, son bacterias de vida libre presentes en el suelo, capaces de adaptarse, colonizar y persistir en la rizósfera de las plantas afectando o no su crecimiento (Glick et al., 1999). Un inoculante bacteriano es una formulación que contiene una o más cepas bacterianas benéficas de un fácil uso transportado en un material que sea orgánico, inorgánico o sintético (Bashan, 1998), se basa en la acción benéfica de microorganismos asociados a las raíces de las plantas superiores, que favorecen la nutrición de estas y que pueden sustituir una fertilización química total o parcial. Se requieren cantidades aproximadas a un kilogramo del inoculante para inocular la semilla necesaria para sembrar una hectárea, por lo que se tiene ahorros significativos en costos de transportación, manejo, almacenaje y aplicación. Su elaboración inicia en laboratorios que permiten desde aislar, seleccionar, mantener y reproducir las bacterias (Carcaño-Montiel, 2003). Por otro lado, es importante mencionar que el establecimiento de vegetación arbórea en terrenos con aptitud forestal es conocido como reforestación (Elster, 2000), la cual consiste en plantar árboles donde ya no existen o quedan muy pocos, así como establecer sus cuidados para que se desarrollen adecuadamente. Con frecuencia las plantas introducidas en procesos de reforestación presentan difícil adaptación e inconvenientes para un crecimiento adecuado. En los suelos deforestados no se encuentran los microorganismos que establecen asociaciones benéficas con los árboles, o las poblaciones están muy disminuidas, por que ellos necesitan de la planta asociada y sus exudados radiculares para proliferar, como consecuencia al realizar la reforestación tradicional se plantan árboles sin los microorganismos que pueden ayudar a su desarrollo y mejor adaptación al suelo. Una de las vías que se puede emplear para contribuir a la reforestación y lograr mejorar el proceso de establecimiento vegetal en suelos deteriorados consiste en incrementar la población de microorganismos asociados a la rizósfera, los cuales ayudan a la nutrición y desarrollo vegetal (Barreto et al., 2007). Por lo anterior, se propone enriquecer la población microbiana en suelos en proceso de reforestación, mediante la siembra de plantas inoculadas en vivero, que lleven en la rizósfera altas poblaciones microbianas benéficas, de esta forma la planta actúa como medio para reintroducir estos microorganismos al suelo y además al sembrarlas con microbiota benéfica asociada se incrementara su crecimiento temprano y se mitiga el estrés, desencadenado en un mejor proceso de adaptación al suelo, en relación a plantas no inoculadas en vivero.