Ablandamiento del agua potable de la cuidad de Tehuacan
Abstract
A lo largo de la historia, el ser humano ha dependido de los recursos naturales, y el agua, en particular, ha sido un elemento vital para su supervivencia y desarrollo. Desde los primeros asentamientos humanos, las comunidades se establecieron cerca de fuentes de agua, como ríos, lagos o manantiales, para asegurar el abastecimiento necesario para la vida diaria. El agua no solo es fundamental para la alimentación y la higiene, sino que también desempeña un papel crucial en la salud pública, la agricultura y la industria.
En las primeras civilizaciones, como la egipcia y la romana, se construyeron acueductos y canales para garantizar el suministro de agua potable y para regular las crecidas de los ríos. La importancia del agua fue reconocida por diversas culturas, que implementaron normas para evitar la contaminación y promover la higiene pública. Sin embargo, durante la Edad Media, el abandono de estas prácticas resultó en un aumento de epidemias relacionadas con el agua. No fue sino hasta el Renacimiento y, especialmente, a raíz de la epidemia de cólera en el siglo XIX, que se tomaron medidas estrictas para el tratamiento y la potabilización del agua, dando paso a legislaciones y sistemas de saneamiento más eficientes y organizados.