Desarrollo tecnologico para la produccion intensiva de "shiitake" (Lentinula eodes) "hongo blanco" (Lentinus lepideus) y "reishi" (Ganoderma spp) naciendo uso de subproductos de la actividad agricola forestal de industrial regional
Date
2003
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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Abstract
La importancia económica y/o comercial de la producción de los hongos comestibles y medicinales cultivados, en la industria alimentaria y farmaceútica, alcanzó en 1994 un total anual mundial de 4 909,300 ton de hongos frescos, con un valor de 9,800 millones de dólares (73.0%) para los hongos comestibles y 3,600 millones de dólares (27.0%) para los hongos con productos metabólicos de importancia industrial, haciendo un total de 13,400 millones de dólares. Los principales países productores son: China, Japón, Estados Unidos, Francia, Italia, Holanda, Reino Unido, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia, España, Polonia, y Alemania entre otros (Chang, 1998). La comparación tecnológica y tradicional para el cultivo de hongos comestibles, del Sudeste de Asia o Europa, con América, muestra que en América no se desarrollaron métodos empíricos para el cultivo de hongos comestibles, dado que en el sudeste asiático esta actividad se ha establecido y desarrollado durante muchos cientos de años y en Europa (Francia) desde el siglo XVII. El cultivo de hongos comestibles en América, comenzó en los Estados Unidos (1880); seguido por Canada (1912) y México (1933). Para el resto de América Latina fue en el siguiente orden: Argentina (1941), Colombia (1950), Brasil (1951), Chile (1959), Guatemala (1960), Perú (1960), Ecuador (1967), Venezuela (1968), Costa Rica (1969) y Bolivia (1989). Actualmente Agaricus spp., Lentinula edodes y Pleurotus spp., que conocemos como "champiñón" "shiitake" y "setas", respectivamente, son los hongos con mayor producción a escala mundial; sin embargo, Lentimila (shiitake) ha tomado un auge de producción inusitado en Europa y Estados Unidos, debido a su exquisito sabor, alto valor nutritivo y propiedades medicinales. En el caso de Pleurotus spp., (setas) su cultivo ha cobrado un gran auge en la producción comercial en América Latina, debido a la abundancia de subproductos agricolas usados como substrato de producción, alto valor nutritivo y la facilidad de cultivo en áreas pequeñas en poco tiempo. Se ha estimado que la producción anual de hongos comestibles en América Tropical es de alrededor de 48,985 ton con un valor de más de 120 millones de dólares, generando al menos 30,000 empleos, y que hacen disponibles para el consumo humano aproximadamente 1,959 ton de proteinas a partir de la biodegradación de aproximadamente 490,000 ton de subproductos agricolas usados como substratos de cultivo, que al biodegradarse (reciclado) sirven como abono orgánico y/o acondicionadores del suelo (Martinez-Carrera, 2000). La producción de hongos comestibles en México ha evolucionado a través de empresas privadas grandes o pequeñas. Sin embargo, el Colegio de Posgraduados en Ciencias Agricolas, Campus Puebla desde 1989 ha desarrollado una nueva estrategia (modelo de producción sustentable) para la producción de hongos comestibles en el medio rural, con el fin de satisfacer en parte, las necesidades alimentarias, biotecnológicas, de empleo y reciclaje de subproductos agricolas, contribuyendo a mejorar el nivel nutricional de la población rural, el entorno ecológico y la agricultura sustentable (Martínez-Carrera, et al., 1991b). Por otra parte, este modelo de producción tiene grandes posibilidades de aplicación en toda América Latina, dada la similitud de idiosincrasia, desarrollo tecnológico y socioeconómico de esta región. En fechas recientes este modelo de producción obtuvo el Premio al Mérito Ecológico 2001, otorgado a la Cooperativa Tosepan Titataniske en el municipio de Cuetzalan del Progreso, en el Estado de Puebla, por parte de la Secretaría del Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP). El potencial de este modelo de producción rural es muy significativo ya que en el país existen más de 6,000 sociedades y organizaciones campesinas e indigenas, con posibilidades para desarrollar esta actividad productiva (Martínez-Carrera et al., 1998; Aguilar, 2001). Desde el punto de vista social, económico, ecológico y nutricional, la producción comercial de hongos comestibles es una actividad muy importante en México. Actualmente, se estima una producción anual de 28,895 ton de hongos frescos. Nuestro país es el mayor productor de hongos comestibles en América Latina generando el 57.7% de la producción anual total, que lo ubican en el 18º lugar en el mundo. El monto anual estimado de las operaciones comerciales por esta actividad supera los 73 millones de dólares, generando 15 mil empleos directos e indirectos. La importancia ecológica de esta actividad radica en la utilidad y reciclaje de más de 280,000 ton anules de subproductos agricolas y forestales (Martínez-Carrera et al. 1984, 1991b, 1992, 1993, 1997, 1998 y 2000; Aguilar, 2001). La apertura económica y la integración comercial que actualmente se vive en el país, representan un reto enorme para la industria alimentaria en esta área. Si comparamos el desarrollo de la industria productora de hongos comestibles entre Estados Unidos, Canadá y México la diferencia es enorme, ya que en los Estados Unidos esta industria es 86 veces mayor y en Canadá es 41 veces mayor que la industria productora de hongos mexicana. En 1990 el volumen de la producción de hongos comestibles en Estados Unidos fue de 324,326 ton, con un valor de más de 644 millones de dólares y en Canadá fue de 57, 593 ton con un valor de 153 millones de dólares, mientras que en México solo se produjeron 8,680 ton, con un valor de casi 23 millones de dólares. La enorme diferencia entre las industrias productoras de hongos de estos tres países puede explicarse por tres factores fundamentales que son: razones históricas; investigación básica y aplicada (tecnología) y organización productiva (Martínez-Carrera et al., 1992). Hasta hace pocos años se desconocían los antecedentes y evolución de tan importante actividad productiva en México. Asimismo, poco se sabía del enorme potencial que representa el cultivo de hongos denominados: "especies exóticas" (Volvariella, Flammulina, Auricularia, Lentinula, Pholiota, Stropharia, Ganoderma, etc.) que gozan de un amplio mercado y demanda internacional. La industria del cultivo comercial de hongo ha alcanzado su máximo desarrollo en Europa, Japón y Norte América, donde es una empresa altamente tecnificada, mecanizada y organizada. El éxito de esta industria en México ha radicado en la adopción y adaptación de tecnología existente a las condiciones socioeconómicas y tecnológicos en el país, resolviendo problemas de mercado, comercialización y abasto (Martínez-Carrera et al., 1991a). En México, el papel de las instituciones de investigación en el inicio y desarrollo de esta industria fue prácticamente nulo, las aportaciones científicas en este campo son recientes, contrastando con los países desarrollados donde existe un vínculo estrecho entre los productores y los centros de investigación especializada. La acción conjunta de los centros de investigación y las empresas comerciales, promueve el constante mejoramiento de los sistemas de producción y la solución de problemas frecuentes (plagas, enfermedades y bajas de producción). Hasta ahora los grandes productores comerciales de hongos en México han sustituido esta relación en forma parcial, con la contratación de consultores internacionales y la experimentación en sus plantas de producción, por lo que se ha observado un marcado hermetismo en la información tecnológica de esta industria, representando, fuertes gastos de inversión adicional, que se refleja en los costos finales de producción (Martínez-Carrera et al., 1991a). Por otra parte en los últimos diez años ha crecido el interés de campesinos organizados y productores independientes en recurrir a los centros de investigación para tomar cursos teórico-prácticos de producción de "semilla" y cultivo de hongos comestibles.