"En la actualidad, los estudios sobre desigualdades sociales y económicas han acaparado los espacios de discusión académica. Esto es un reflejo de las condiciones adveras que miles de millones de personas sufren ante un mundo cada vez más polarizado y desigual. La incesante interdependencia entre países por el comercio internacional y la división internacional del trabajo y la producción ha resultado en una muy baja resistencia de la clase trabajadora global ante una clase capitalista mejor organizada en relación con el reparto de la productividad. Países que han transitado de una economía proteccionista a una abierta y de mercado, como México, estas consecuencias han sido más evidentes. A partir de la liberalización del comercio en el país, la pobreza, de la mano de la desigualdad ha crecido de manera constante año con año. México está ubicado en el lugar 74 en términos de desarrollo humano, sin embargo, también se encuentra en el lugar 121 de 138 países en términos de desigualdad (Reyes y Romero coord., 2017). Esta situación se torna más aguda cuando nuevas metodologías para la medición de la desigualdad muestran mediciones más apegadas a la realidad de la distribución del ingreso en el país".