Oracion funebre a la muerte del Muy Reverendo Padre Maestro Fray Hortencio Felix Paravisino, del Orden de la Santissima Trinidad Redempcon de Cautivos, Predicador de las S.C.R. Magestades Filipo III, el Bueno, y Filipo IIII, el grande, Provincial, y Vicario General dos vezes de la Provincia de Castilla, y otras dos Comissario Visitador de Andaluzia
Abstract
El presente sermón fúnebre, dividido en seis “meditaciones”, rememora la vida y las mayores virtudes del difunto llamándolo Tertuliano por el vasto legado de sus palabras escritas, semejante de esta manera al padre de la Iglesia. Exalta sus dotes de predicador que se presentaron a muy temprana edad. Posterior a esto, el autor hace alegorías en torno a la muerte, realiza una descripción adornada poéticamente del cómo se pierde la fuerza vital, resaltando que incluso los más sabios y doctos son alcanzados por ella. Continúa con una disertación de mayor profundidad acerca de la muerte entre los “doctos” y los “ignorantes” en forma de analogía, comparando los términos con la luz y la oscuridad, aventajando a los sabios de entre las tinieblas. Concluye con la meditación sobre la enfermedad que aquejó a Fray Hortensio afirmando que “enfermó de docto y murió de ingenioso” abruptamente sin que los médicos pudieran “templar la vida”, como una explicación simbólica de su repentina partida.
Description
Hortensio Félix Paravicino (1580-1633) predicador real y poeta de origen español. A los 19 años decide ingresar al noviciado de la orden de los Trinitarios Calzados de Salamanca, al seguir con sus estudios obtiene el grado de Doctor en Teología y posteriormente lo nombran lector en el Colegio de Salamanca. En 1606 lo designan al Convento de Madrid donde rápidamente comenzó a predicar en las iglesias y conventos, a la par se integró al círculo de poetas más destacado de la época, entre ellos estaban Francisco Quevedo, Lope de Vega y Luis de Góngora con quien además entabló una estrecha amistad. En 1617 es nombrado predicador del rey siendo muy del agrado de la familia real durante los reinados de Felipe III y Felipe IV. En su vida compuso innumerables sermones con diversos temas, así como gran producción poética que fue publicada póstumamente. Fray Hortensio escribió siempre entre la “libertad” de la poesía y la censura de la predicación religiosa, dos opuestos que dominó y desarrolló. En el presente sermón fúnebre sus virtudes son comparadas con las de Tertuliano, teólogo y padre de la Iglesia, reconocido igualmente por su gran aportación escrita, cuestión que adorna y dota de importancia la vida y obra del difunto. | Pie de Imprenta tomado de Medina; Autor y Titulo tomado de Preliminares; Medina, tomo II, página 192, no. 532; deteriorado por polilla y Pez de Plata; presenta un halo de humedad.
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